Desarrollar y optimizar la profesión de camarero

No hace demasiado tiempo, realizar las funciones de camarero estaba considerado como una opción intermedia, como un medio para conseguir otro objetivo completamente diferente. Se trataba de un puesto de trabajo que cualquiera, con unas mínimas capacidades, podía realizar, ganar dinero para pagar unos estudios o mantenerse mientras buscaba otro empleo. La realidad en estos días es radicalmente diferente.

Un camarero es en la actualidad un profesional, es decir, se requiere de aprendizaje, esfuerzo, dedicación y experiencia para poder desarrollar esta labor y llevar a cabo una carrera dentro del sector. Lejos quedan aquellos días en los que, si no se tenía trabajo, se acababa de camarero, tiempos en los que cualquiera servía. Hoy en día, ser la cara visible de un restaurante y estar en contacto directo con la clientela, se ha convertido en un empleo exigente que no pueden realizar más que aquellos que tienen verdadera vocación y una buena preparación.

Los primeros pasos, los más difíciles

Comenzar como camarero es una decisión importante para la cual no todo el mundo está preparado. La inexperiencia aumentará el número de obstáculos, que en muchos casos terminarán con la retirada de un buen trabajador. El aspirante a camarero debe saber que se trata de un trabajo que requiere una buena forma física, una mentalidad abierta y paciente, tener educación, respeto y saber estar.

El aspirante a este puesto deberá haber realizado algún curso previo para formarse, pero, sobre todo, necesitará altas dosis de motivación, no viendo este empleo como un escalón hacia otro lugar, sino como un medio de vida.

Para prestar un buen servicio, estos consejos serán realmente útiles para los que empiezan como camareros.

1. La llegada al local

Todo buen camarero deberá presentar actitud desde el primer día, por lo que se llegará al centro de trabajo al menos media hora antes de que empiece la actividad. De este modo, se podrán recibir las indicaciones precisas por parte del superior y, sobre todo, conseguir las respuestas a todas las dudas que puedan generarse.

Durante ese tiempo explorará el entorno, aprenderá a localizar donde se encuentra cada objeto, el nombre y cargo de cada uno de sus compañeros, conocerá la distribución de las mesas y el sistema de trabajo, así como todo lo que compete a su puesto.

2. Especial atención al aspecto personal

El camarero forma parte de la representación física del restaurante, es un ejemplo de la imagen que el negocio quiere transmitir, el cliente se tiene que sentir cómodo con el camarero… todos estos elementos son fundamentales para que el aspecto del trabajador sea impecable, siempre aseado y con buen olor. Su ropa deberá permanecer sin manchas ni roturas y siempre deberá ir bien planchado.

Por otro lado, también habrá que cuidar las formas, el lenguaje corporal deberá ser suave y claro, servicial sin llegar a la adulación, proactivo, pero sin caer en la tentación de creer que se sabe más que el jefe o el propio cliente. En ningún caso, se deberá ser pesado o demasiado servicial, hay que buscar el equilibrio, lograr que el cliente se sienta cómodo y atendido, sin presiones, y el jefe lo suficientemente confiado y seguro.

Calzado apropiado

Dentro del aspecto que presente un camarero habrá que prestar más atención de la que habitualmente recibe al calzado. Estos zapatos tienen una regla habitual, deberán ser negros y con el tacón algo pronunciado para mejorar la circulación en alguien que va a permanecer muchas horas de pie. En cualquier caso, deberán ser cómodos e ir en consonancia con el resto del traje. No están bien vistas las zapatillas deportivas.

3. Prepararse con antelación

El camarero deberá llegar a su puesto con un trabajo previo ya realizado. Si parte de su labor es usar la bandeja, deberá haber pasado un tiempo ensayando, adquiriendo práctica, reconociendo el mejor y más seguro método para llevarla sin riesgo de desequilibrio y caída.

Así mismo, con toda seguridad habrá que descorchar botellas de vino, saber manejar el sacacorchos o elementos de limpieza, como la bayeta, para remontar mesas también requiere cierta práctica que no está de más haberla realizado. En relación a la limpieza, será muy útil reconocer los productos que se utilizan y saber cómo mantener limpio este trapo, sin olores, siendo realmente eficaz para cumplir con su función.

Otra tarea habitual del camarero que requiere preparación es la forma de transportar los platos, servir la mesa correctamente cuando los comensales están ya sentados, retirar y cargar los platos y cubiertos sucios (desbarasado), sin que se caigan y en el momento apropiado…

4. Aprender el protocolo

Cada restaurante, bar, servicio de cáterin… tiene su propio sistema de servicio y protocolo de atención al cliente que se deberá aprender y familiarizarse con él para que sea siempre el mismo. Si no tiene uno propio, existen sistemas estándar que son efectivos para cualquier entorno de restauración.

5. La comanda, la fórmula del orden

Un servicio correcto en el salón de un restaurante va a depender del trabajo que se realice en la comanda, la nota de papel donde se apuntará toda la información relativa a una mesa y sus comensales. Es la forma manual de mantener el orden y la memoria de los pedidos. Generalmente, se utiliza un protocolo estándar como el que sigue.

En una comanda se deberá apuntar la fecha y el número de mesa y comensales que se sientan en ella. Si fuera preciso, se apunta el código del camarero que atiende. Se anotará en el sentido opuesto a las agujas del reloj las bebidas de cada cliente. Posteriormente se llevará a cabo el mismo sistema con los platos, separando con una raya cada uno de ellos.

6. Aprendizaje de las cartas

En cada día de trabajo habrá una carta fija de platos y otra extraordinaria que el jefe de cocina habrá decidido incluir según los productos que ha adquirido en el mercado. Habrá que aprender bien qué hay y qué recomendar. Así mismo, se deberán conocer los ingredientes que poseen y algo de su preparación para solventar las dudas que cada cliente pueda tener. Se deberá saber cómo vender el plato que cocina tiene interés por sacar, sin ser incisivo, solo como recomendación.

Así mismo, la carta de vinos, si se posee, debe conocerse al dedillo. Tener claro cuáles son las uvas, las fechas, las bodegas de cada una de las botellas, así como el mejor maridaje. De este modo, se estará capacitado para realizar la propuesta más interesante en caso de que el cliente solicite consejo.

7. El comportamiento en el salón

El camarero, mientras no esté sirviendo una mesa, deberá permanecer en el salón pendiente de atender a las necesidades de los comensales, observando a los clientes sin que estos se sientan observados y mucho menos presionados o intimidados. Estará atento a la mínima señal para acudir a ofrecer su servicio, limpiar o recoger cualquier elemento que resulte molesto, pero sin resultar una carga.

El exceso de atención puede ser tan molesto como todo lo contrario. Hay que ser consciente que se viene a comer en familia, con amigos o con la pareja, estar demasiado pendiente va a romper la intimidad que se requiere para una comida tranquila y agradable. El camarero debe permanecer invisible al comensal a no ser que este lo solicite.

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